martes, 24 de septiembre de 2013

Con el paso del tiempo

Volvió a sonar el timbre del instituto.
Vaya se ha pasando la hora volando, verdad?
Sí. -Dijo una amiga. Volvimos de nuevo cada uno a su clase. Después de eso todo fue normal, nos explicaron cada profesor lo que iba enseñar en sus clases durante el curso y nada más.
13.30 P.M., la hora para salir del instituto. Salí rápido y me esperé afuera a mi mejor amigo.
Va date prisa, quiero volver a casa ya. -3-
¿Por qué tanta prisa?
Por qué tengo hambre.
Fuimos caminando y no tarde más de diez minutos en llegar al portal. Metí la llave por la cerradura y me despedí de mi amigo, entré y le dí al botón esperando a que bajara el ascensor. Subí hasta la segunda planta, volví a meter, ésta vez la llave de la puerta de casa en la cerradura y abrí.
Ya estoy aquí.
¿Qué tal el primer día?
Bueno... no está mal .3. Aunque me recuerda un poco a una carcel, con esas vallas y ese timbre....
Que exagerado...Ahora tenías que volver por la tarde no?
Sí ...
Me senté y comencé a comer mientras veía por la tele Los Simpson. Cuando acabé me tumbé y seguí viendo la tele hasta que casí daban las 14:50. Volví a coger la mochila y me fuí dirección al instituto de nuevo, repitiendo lo mismo que esta mañana, bajar las escaleras y caminar hasta llegar a la entrada.
Pasado unos meses todo seguía normal, aprovando algún que otro exámen y hacíendo los deberes lo mejor que podía. Con Elisabeth cogí muy buena amistad que incluso nos pusieron en un trabajo a duo.
Podrías venir a mi casa hacer el trabajo.
Suena bien, vale.
¿Dónde quedamos?
En la entrada del instituto te parece bien?
Vale.
Así quedemos, cada uno se fué a su casa y al cabo de un rato después de comer me dirigí hacia la entrada del instituto. Había un par de días en los que no se iba por la tarde al instituto, y aprovechemos uno de esos para quedar. Mientras iba de camino pasé por cerca de la estación volviendo a mirar aquel amplió reloj colgado del techo.-
Parece que voy bien de tiempo.
Derrepente sentí algo extraño en mi cuerpo, como un escalofrío. Volteé rápidamente la cabeza hacía atrás asegurándome que no había nadie, y así era... solo estaba yo en ese instante.
Suspiré aliviado. Era normal que a esa hora no hubiese nadie en la calle. Se podía escuchar perfectamente el aire chocar contra las ramas de los árboles y agitar las hojas.
Seguí mi camino y al llegar, allí estaba ella esperandome.
Hola.
Hola, llevas mucho tiempo?
No, acabo de llegar.
A menos mal. Suspiré aliviado al saber que no la hice esperar mucho tiempo y caminemos hacía su casa. Estaba a su lado, caminando hacía su casa como si no fuera la primera vez y me conociera el camino. Derrepente volví a notar esa sensación extraña y me paré en seco.
Alex... estás bien?
S-sí, no te preocupes...
Seguímos caminando hasta pasar un rato y llegar a su casa. No sabía que era esa sensación extraña pero tampoco le dí importancía. Cuando lleguemos arriba (también vivia en un piso) fuímos directamente ha su habitación y comencemos a hacer el trabajo. No tardemos mucho, solo hora y media más o menos y después estubimos hablando un rato.

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